La Igualdad en la Masonería, la Sociedad y la Filosofía


La palabra igualdad suele evocar imágenes de justicia, balanzas equilibradas y oportunidades parejas. En la Masonería, este concepto es mucho más que un ideal abstracto; es una piedra angular en la construcción de un mundo más justo. Pero, ¿cómo se conecta la igualdad masónica con la sociedad y la filosofía? Vamos a desmenuzarlo de una manera sencilla y accesible.

Igualdad en la Masonería: Un Principio Universal

Desde el primer paso en la Orden, se nos recuerda que todos los masones, sin importar su origen, nivel económico o creencias religiosas, son iguales dentro del Templo. Este principio no solo busca eliminar barreras sociales, sino que también promueve un espacio donde lo importante es el carácter, no las etiquetas externas. Al usar el mandil, todos somos aprendices de un mismo arte y constructores de un proyecto común: nuestra mejora personal y la del mundo que nos rodea.

Igualdad en la Sociedad: Una Meta en Construcción

La sociedad, al igual que una catedral, se construye con paciencia y dedicación. Sin embargo, no podemos negar que las piedras aún no están perfectamente pulidas. Las desigualdades económicas, de género y culturales siguen siendo un desafío. Aquí es donde el pensamiento masónico puede inspirar a la acción: reconocer al prójimo como igual no solo en teoría, sino también en el trato diario.

¿Te has preguntado cómo sería una sociedad si aplicáramos los principios de fraternidad y equidad con la misma disciplina que los masones aplican en su Logia? Es un experimento que todos podríamos poner en práctica.

Igualdad en la Filosofía: Un Ideal Atemporal

Los grandes pensadores desde Platón hasta Rousseau han reflexionado sobre la igualdad como un ideal necesario para la justicia y la convivencia. En la filosofía, la igualdad no significa uniformidad, sino reconocer y valorar las diferencias sin que estas se conviertan en motivo de exclusión o privilegio. Es un recordatorio de que la diversidad enriquece, y la equidad garantiza que todos podamos crecer sin opacar al otro.

Conectando los Tres Mundos

La masonería, la sociedad y la filosofía nos ofrecen caminos que convergen en un mismo punto: el reconocimiento de nuestra humanidad compartida. En la Logia aprendemos a "pulir nuestra piedra bruta", en la sociedad buscamos formas de superar barreras y en la filosofía encontramos los fundamentos para construir puentes entre las personas.

Hablar de igualdad no es solo un tema masónico; es un llamado a todos, masones y no masones, a trabajar en un mundo donde todos podamos crecer juntos, respetándonos y apoyándonos mutuamente.

¿Qué opinas tú? ¿Cómo podemos aplicar estos principios en nuestra vida diaria? Tal vez la respuesta está en los pequeños gestos: escuchar más, juzgar menos y recordar que, al final, todos estamos bajo el mismo cielo.

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