Ah, los propósitos de año nuevo. Esa lista optimista que hacemos con la esperanza de convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos. Desde bajar de peso hasta aprender algo nuevo, los objetivos de cada enero reflejan nuestra innata necesidad de cambio y mejora. Pero, ¿sabías que esta tradición tiene profundas raíces históricas? Y, lo que es más interesante, ¿cómo se conecta con los principios de la Masonería? Vamos a explorar esto con un toque crítico y coloquial.
Un Poco de Historia: Los Propósitos y el Tiempo
Los propósitos de año nuevo no son cosa de la modernidad. Hace más de 4,000 años, los babilonios ya celebraban el año nuevo en marzo, durante el festival de Akitu, y prometían a los dioses devolver objetos prestados o pagar sus deudas como una forma de empezar el ciclo con buen pie.
Los romanos, por su parte, dedicaban el mes de enero a Jano, el dios de las puertas y los comienzos. Era común que hicieran votos de cambio y reflexionaran sobre el pasado, mirando al futuro con renovadas esperanzas.
Esta tradición no ha cambiado tanto. Hoy seguimos viendo el cambio de año como una oportunidad para renovarnos, aunque los gimnasios llenos en enero y vacíos en marzo nos recuerdan que cumplir esos propósitos no siempre es sencillo.
Propósitos y Masonería: Simbolismo y Compromiso
En la Masonería, el concepto de establecer propósitos está implícito en nuestra búsqueda constante de perfeccionamiento. Cada vez que trazamos un "plan de trabajo" para nuestro templo interior, estamos formulando un propósito. La diferencia clave es que nuestros compromisos como masones no están destinados a evaporarse en unas semanas. Se espera que sean esfuerzos conscientes, sostenidos y significativos.
La Masonería nos enseña a ser constructores: de nosotros mismos, de nuestras comunidades y de la humanidad en general. Esto implica una reflexión constante sobre nuestras acciones y un compromiso real con nuestras metas. Los propósitos masónicos no se hacen a la ligera; son decisiones meditadas que nos ayudan a avanzar en nuestro camino hacia la luz.
Una Mirada Crítica: ¿Metas o Deseos?
Ahora bien, ¿qué pasa con esos propósitos de año nuevo que nunca se cumplen? Parte del problema es que muchas veces son deseos disfrazados de objetivos. Decir "quiero ser más saludable" no es lo mismo que comprometerse a caminar 30 minutos al día. En la Masonería, aprendemos que las metas deben ser claras, alcanzables y significativas. De lo contrario, nos condenamos al fracaso desde el principio.
Otro aspecto crítico es el tiempo. Solemos abordar los propósitos como un proyecto anual, pero ¿no sería más efectivo replantearlos de forma continua? Como masones, sabemos que la reflexión no se limita a una fecha en el calendario; es una práctica constante.
Conclusión: Propósitos con Propósito
Los propósitos de año nuevo, si se toman en serio, pueden ser una herramienta poderosa para el cambio. Nos ayudan a reflexionar sobre lo que queremos lograr y nos dan un marco para actuar. En la Masonería, este enfoque se amplifica: nuestros propósitos no solo son personales, sino también un compromiso con nuestra logia, nuestra comunidad y los principios de la orden.
Así que este año, antes de escribir esa lista de metas, hagamos una pausa masónica. Reflexionemos sobre nuestras verdaderas prioridades y asumamos compromisos claros y significativos. Porque, al final, los propósitos de año nuevo no son solo un ritual más; son una oportunidad para construir, paso a paso, el templo de nuestras vidas. ¡Feliz año nuevo y que la luz guíe tu camino!
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