La Masonería y la Paternidad

 


Ser un Guía para los Hijos

Ser padre o madre es una de las aventuras más desafiantes y hermosas de la vida. Nadie nace sabiendo cómo criar a un hijo, y aunque hay miles de libros sobre el tema, la realidad es que cada niño es un mundo, y cada etapa trae nuevos retos. Ahora bien, si algo nos enseña la masonería, es que el camino hacia la luz no es solo personal, sino también una herencia que podemos dejar a quienes más amamos: nuestros hijos.

Los valores masónicos como la rectitud, la justicia, la prudencia y la fraternidad no son solo para el templo o la logia; deben aplicarse en el hogar, en la crianza y en la vida diaria. Después de todo, ¿qué mejor legado podemos dejarles a nuestros hijos que principios sólidos y un ejemplo digno de seguir?

Educar con el Ejemplo: El Primer Gran Pilar

Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que les decimos. No sirve de nada hablarles sobre la importancia del respeto si nosotros mismos no respetamos a los demás. No tiene sentido pedirles que sean responsables si ven que sus padres no cumplen con sus compromisos. La mejor enseñanza que podemos darles es nuestra propia conducta.

En masonería se nos enseña a pulir nuestra piedra bruta, es decir, a trabajar constantemente en nosotros mismos para ser mejores. Y como padres, ese trabajo se vuelve aún más importante, porque nuestros hijos son como pequeños aprendices que observan y absorben todo lo que hacemos.

El Amor por el Conocimiento: Más Allá de la Escuela

Un buen masón nunca deja de aprender. El conocimiento es una de nuestras mayores riquezas, y transmitir ese amor por el saber a nuestros hijos es clave. Pero ojo, esto no significa solo ayudarlos con la tarea o exigirles buenas calificaciones. Se trata de despertar su curiosidad, enseñarles a cuestionar, a pensar por sí mismos y a buscar la verdad más allá de lo que les dicen.

Un padre masón no impone, sino que guía. No obliga a pensar de una manera, sino que enseña a pensar con libertad y responsabilidad. Cuando un hijo aprende a valorar el conocimiento, no solo será exitoso en la escuela, sino en la vida.

Firmeza con Amor: La Importancia de los Límites

La masonería nos habla de la escuadra y el compás, dos herramientas que representan la rectitud y el equilibrio. Y en la crianza, esto es fundamental. No podemos ser ni demasiado autoritarios ni demasiado permisivos. Los niños necesitan amor, pero también límites claros que les ayuden a entender que toda acción tiene consecuencias.

Criar con firmeza no significa imponer con dureza, sino enseñar con paciencia y amor. Ser padres es un acto de construcción, como edificar un templo: cada palabra, cada acción y cada enseñanza es un ladrillo que forma el carácter de nuestros hijos.

Prepararlos para la Vida: El Último Gran Desafío

Tal vez lo más difícil de ser padre o madre es aceptar que un día nuestros hijos emprenderán su propio camino. No estarán bajo nuestro techo para siempre, y nuestra misión es darles las herramientas necesarias para que puedan enfrentar el mundo con sabiduría, valentía y honor.

Como masones, sabemos que el aprendizaje no termina con una ceremonia de iniciación; la vida es un constante perfeccionamiento. Lo mismo ocurre con nuestros hijos: nunca dejarán de aprender, y aunque en algún momento volarán solos, siempre llevarán consigo las enseñanzas que les transmitimos.

El Verdadero Legado

Al final del día, la mayor satisfacción de un padre o madre es ver que sus hijos se convierten en personas íntegras, con valores y principios sólidos. Como masones, tenemos la fortuna de contar con una guía que nos ayuda a ser mejores, y esa misma guía podemos compartirla con ellos.

Ser un buen padre o madre no significa ser perfecto. Significa estar presente, ser un apoyo incondicional y, sobre todo, ser un ejemplo de rectitud y amor. La paternidad y la masonería tienen algo en común: ambas son un camino de aprendizaje, entrega y construcción, donde la verdadera obra no es un templo de piedra, sino la formación de seres humanos con luz en su interior.

Así que, hermano o hermana, ¿cómo aplicarás hoy la sabiduría masónica en tu hogar? 

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