Comunicación Asertiva en la Masonería y en la Vida
La masonería es, ante todo, una escuela de pensamiento y perfeccionamiento humano en la que la palabra juega un papel fundamental. Desde tiempos inmemoriales, la palabra ha sido vehículo de conocimiento, vínculo de unión y, en muchos casos, un instrumento de transformación social. En el ámbito masónico, la comunicación adquiere un valor aún mayor, ya que es a través del discurso y la reflexión compartida que los masones buscan la luz del conocimiento y la armonía en sus relaciones.
La Palabra como Pilar de la Tradición Masónica
Los rituales masónicos, cargados de simbolismo, hacen uso de la palabra como un medio para transmitir enseñanzas profundas y guiar a los iniciados en su desarrollo personal. Cada palabra en la masonería tiene un significado, una intención y un propósito, pues se considera que el uso adecuado del lenguaje contribuye a la edificación moral del individuo y, por extensión, de la sociedad.
Desde la antigüedad, el hombre ha comprendido el poder de la palabra. En diferentes tradiciones filosóficas y religiosas, la palabra ha sido asociada con la creación, el orden y la evolución de la conciencia. En la masonería, la palabra no es solo un conjunto de sonidos o símbolos escritos, sino un compromiso con la verdad, la sabiduría y el respeto mutuo.
La Comunicación Asertiva como Herramienta de Liderazgo
La masonería, como escuela de formación de líderes, enfatiza la importancia de una comunicación asertiva. El liderazgo masónico no se basa en la imposición ni en la manipulación, sino en la capacidad de transmitir ideas con claridad, escuchar con atención y responder con prudencia.
La comunicación asertiva se caracteriza por:
Claridad: Expresar ideas de manera precisa y sin ambigüedades.
Respeto: Considerar el punto de vista del otro sin menospreciarlo.
Empatía: Comprender las emociones y necesidades del interlocutor.
Coherencia: Alinear el mensaje con los principios y valores que se defienden.
En las logias, la palabra es utilizada no solo para enseñar, sino también para debatir con altura y respeto. Un verdadero masón comprende que su palabra tiene peso y que, al usarla con sabiduría, puede construir lazos sólidos y contribuir al bienestar colectivo.
Los Desafíos de la Comunicación en la Sociedad Actual
Vivimos en una era donde la comunicación es instantánea, pero muchas veces carente de profundidad y reflexión. El auge de las redes sociales y los medios digitales ha generado un entorno donde las palabras se usan con ligereza, fomentando la polarización, el ruido informativo y la desinformación.
En este contexto, la masonería puede ofrecer un modelo alternativo basado en el diálogo constructivo y el pensamiento crítico. La palabra debe volver a ser un medio de entendimiento y no de confrontación. Esto implica:
Recuperar el hábito de la reflexión antes de hablar o escribir.
Evitar discursos agresivos o descalificadores que solo alimentan la discordia.
Fomentar la escucha activa como un acto de respeto y humildad.
Usar la palabra para inspirar, educar y unir, en lugar de dividir.
Un Llamado a la Responsabilidad
Cada masón tiene la responsabilidad de ser un ejemplo en el uso de la palabra. Tanto dentro como fuera de la logia, nuestras palabras pueden edificar o destruir, sanar o herir. ¿Estamos siendo conscientes del impacto que tienen nuestras palabras en los demás? ¿Estamos promoviendo el diálogo y la armonía en nuestro entorno?
La masonería nos enseña que la palabra es sagrada y que, cuando se usa con sabiduría, puede iluminar mentes y corazones. Que cada uno de nosotros, como obreros de la construcción del templo interior y social, haga un uso noble de su voz, porque en ella reside el poder de transformar el mundo.
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