“Ni tan hermanos, ni tan rectos”
Por un Hermano que ha visto más traiciones que columnas en ruinas
🎭 El político masón: ¿guardián del pueblo o actor de reparto?
Bromas aparte, hay —los menos— quienes viven los principios masónicos en su función pública: justicia, libertad, equidad, tolerancia, servicio. Los hay que, sin buscar reflectores, han defendido causas nobles, han sido ejemplo de rectitud y han gobernado con la escuadra más firme que el bastón de Moisés.
Pero también hay otros…
🎬 El show del mandil prestado
Ah, esos sí abundan. Son los que usan el mandil como si fuera una corbata de gala, solo para la foto en la campaña o para impresionar a inversionistas en cenas discretas.
🧩 Partidos con símbolos, sin espíritu
¿En qué momento pasaron de ser movimientos éticos a agencias de colocación para oportunistas?
📏 El mandil no hace al masón
El verdadero masón en política se distingue por lo que hace cuando nadie lo ve, no por lo que presume en campaña.
🪓 ¿Qué hacemos entonces, Hermanos (y ciudadanos)?
-
Exigir coherencia. Si alguien se dice masón y se comporta como un cacique corrupto… hay que señalarlo. Con fraternidad, pero sin complicidad.
-
Recordar que el mandil no otorga santidad. El camino masónico es exigente y nunca está terminado. Cualquier grado se puede corromper si no hay vigilancia interna.
-
Fomentar liderazgos verdaderamente éticos. No necesitamos más políticos con símbolos. Necesitamos ciudadanos con valores que construyan desde cualquier trinchera: la escuela, el taller, el mercado, la plaza.
🏛️ Cierre de Cámara (con escuadra y sarcasmo)
Así que la próxima vez que veas a un político jurando fidelidad al pueblo, usando palabras como “hermandad”, “iluminación” o “templo de justicia”…
…hazte esta pregunta simple, pero potente:
¿Este señor está trabajando como obrero de la verdad… o solo vino a posar con el mandil para la selfie electoral?
Comentarios
Publicar un comentario